MIAMI. – Desde el 9 de febrero, cuando Daniel Ortega resolvió enviar a EEUU a 222 presos políticos en Nicaragua, distintas organizaciones de derechos humanos comenzaron a advertir que algo similar podría ocurrir en el contexto de Cuba, de la mano de una posible mediación internacional, probablemente de tipo religiosa. Por esas fechas se encontraba en La Habana un enviado del Papa Francisco.
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