"Señor presidente, si usted se quiere reelegir, no apriete mucho a los motoristas, que son muchos y no votarán por usted. Presidente, lleve suave a los choferes del transporte público, esa gente son un poder y les trancan el juego en las elecciones. Oiga jefe, vaya suave con los pobres, no los obligue a que paguen las electricidad en esos barrios que entonces usted pierde esos votos"… Así es la cosa en República Dominicana y eso se le aplica a todo el que aspire a un cargo público. Lo ideal y conveniente es permitir el desorden y no "meter a nadie en cintura" para no perder esos votos y por eso tenemos como resultado en RD, el desorden a todos los niveles y un país fuera de control donde 'na e ná y to se vale'.
Un país, donde varios grupos y sectores hacen lo que les da la voluntad y prevalece "el tú sabes quién soy yo?" y los que dirigen se mantienen atados de las manos por temor a no convertirse en impopulares para no arriesgar el voto de esos desaprensivos que saben como extorsionarlos y mantener su chantaje en base a manipulaciones y corrupción y por eso estamos a años luz de que tengamos un verdadero país ordenado, no un pedazo de tierra donde vive gente haciendo lo que les da la gana.